@Alicia_Hot 2.0

@Alicia_Hot 2.0

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sábado, 9 de enero de 2016

Fin del relato, comienzo de la historia.

"Elina" foto de Cristina Núñez.
Evidenciar el mecanismo de explotación de los cuerpos y los deseos llamado pornografía, su relación con la economía 2.0, y aportar una metáfora a esta libertad del decir / cárcel del hacer, a este follar everywhere, pero abrazar la nada... @Alicia_Hot tiene título, tiene subtítulo, y una buena carcasa de poemas que escoltan la idea. Uno de los centrales, es este que, definitivamente, aguantó las purgas stalinistas del autor, y sobrevivió para quedar en el libro final:

Porno yonqui divisa cuerpos oye orgasmos
en una COPIA DE LA COPIA DE LA COPIA,
burócrata pajillero de la era .com que sería un muerto
si la circulación internacional de capital financiero[1]
no le necesitara ahí, al pie del cañón,
eyaculando plusvalía sobre un teclado inalámbrico, manteniendo
viva
la promesa de un
#buenasnoches, amor.



[1] el 30% del tráfico web / el negocio es que circule / la información / los paquetes de bits / traducidos son mordiscos / lo que soporte la red / lo que soporte tu retina / lo que aguante / lo que te aguante dura / lo que te dura / la dopamina.


También tenemos la conciencia. Pornoyonqui no es un idiota, alguien que no sabe lo que hace. Eso es importante, En un mundo en el que tanta información tenemos, ¿cómo seguir creyendo en la vieja tópica de "lo hacen, pero no lo saben"? Es más bien al contrario: lo sabemos, y aún así, no imaginamos que exista otro hacer.

Y, además, tenemos el relato. Alicia y Pornoyonqui forman una relación que evoluciona, se encuentran, se saben. Se han encontrado en ese punto común que fue expropiado, pero sigue sin ser suyo. La pantalla es el símbolo de lo que les separa. La frontera que marca cómo todo es posible, todo puede ser mostrado y expuesto. Todo se puede, menos las consecuencias.


LA NATURALEZA DEL DISPOSITIVO
(y más que nada).

¿A quién le interesa ya
distinguir la ficción, desmontar la apariencia
más que a los románticos y a los poetas?
Bah… Cuánto se equivocan.
Sólo ellos pueden fingir.
Vivimos ya el fin de las máscaras, de las apariencias.
Avatar enterró a Gorgias.
Todo ha sido expuesto. Todo.
El cuerpo.

Y en la repetición del reflejo
en el borde de la diferencia,
enfoco a @Pantera.
Mi cam la graba en la pantalla
para que vea
cómo mi mano acaricia la imagen
de la imagen de su cara.
Donde vibra la apariencia, resbala
el avatar, donde mis manos
generan las hondas
del efecto agua          de la pantalla.
Donde el rastro de mis dedos
dibuja tu forma
ahora
con un tacto
que se desea ser más que nada.





Caricia en la carencia.
Lanzo
mi palo de ciego,
mi órdago contra la impotencia.

Ni lo esperas.
Ni es
veneno.



Están justo donde yo quería. Está acabado. No hay más. Impotencia, imposible más. Su relación, por sí misma, está agotada.

Y, si es así, no hay esperanza. Es el fin del relato, y el fin de la historia. Fukuyama ha ganado. Sin otro elemento, una relación liberal, como esta, marcada por lo imposible del bien común, al fin y al cabo Pornoyonqui y Alicia no pueden importarse más que en esa carencia, en esa desposesión. No hay entre ellos, nada común, a conquistar.

Si, por ejemplo, se enamoraran, sería ratificar esta impotencia por completo. El amor es ese elemento externo. Ha tenido que venir el amor, el deseo de ser pareja, a rescatarlos. Los ha llevado a otro lugar. Se encuentran en una habitación, en un Hotel, y se aterrizan el uno en el otro. Final feliz, sí, que parecería interesante y esperanzador pero, si lo leemos literalmente, estaría diciendo lo contrario: por sí misma, esta relación no lleva a nada. Sólo para los elegidos, los que sean rescatados mágicamente por otra instancia, podrán conquistar otro lugar. Podrán tener algo común. ¿No es al fin y al cabo ese el ideal de Meetic? En este mundo de máxima competitividad, puedes encontrar, mágicamente, alguien que te saque de él.

Luego hay que elegir entre dos opciones:

- Un diagnóstico que lleva a la impotencia, a evidenciar que el afecto, el sexo, ha sido privatizado y que nuestras pulsiones son mercantilizadas, pero que nada se puede dentro de esa lógica.

 Stanley Forman
- Un diagnóstico con salida, falsa, porque será apostillada a continuación. Esa vía de escape que les hace salir de esa lógica mágicamente. Proporcionar un relato, sí, en el que hay esperanza si dejas de ser lo que eres. Es decir, una trampa.

Es el momento del stand by. Si sólo esas dos son mis opciones, @Alicia_Hot nunca verá la luz. Si sólo eso es lo que tengo, si sólo ese es el fruto de mi trabajo, por interesante que sea introducir en el mundo de la poesía cómo funciona la trata posmoderna, no compensa pues sólo es un bonito letrero para cazar bienintencionadas formas de habitar el mundo.

O @Alicia_Hot se quedará en un archivo de mi portátil a pedales, o bien encontraré algo. Sí, "encontrar". Porque si ese "algo" a añadir, ese fin del relato, ese comienzo de la historia es posible, será añadiendo un final, será que no está todo dicho, será que hay algo más una vez diagnosticada la carencia. Si existe, lo encontraré. Si puedo pensarlo o imaginarlo, o intuirlo, es porque alguien ya lo está viviendo.

lunes, 4 de enero de 2016

Poesía y política. @Alicia_Hot como panfleto.

V. Mayakovski
1. Establecer el sentido de nuestras vidas, cómo lo hacemos, quién nos da sus referencias y en base a qué se hace, es una actividad política porque marca nuestra relación con lo común, la forma en la que nombramos y establecemos el "nosotros" y el "ellos". Los mecanismos para construir el sentido son mecanismos de poder, y podemos generar esos relatos en relaciones de igualdad, o pueden venir teledirigidos expropiando nuestra capacidad colectiva de producir. La capacidad colectiva que dio lugar a los cantes sobre el dolor y el trabajo, y que hoy nos los vende en discos, habiéndonos usurpado la capacidad de cantarnos los unos a los otros.

2. La literatura es política, porque aporta esas referencias en la construcción personal y social del sentido. Da ladrillos para la construcción del relato de tu vida.

3. La poesía, al utilizar de forma privilegiada el ritmo y la música, despliega una emocionalidad, que le da ventaja a la hora de la elaboración del sentido. La unión de idea y emoción permite naturalizar los relatos con una enorme eficacia: la sentimentalidad de unos puede hacerse pasar por la sentimentalidad adecuada o deseada por muchos (publicidad mediante). El viaje interior al que nos invita el poeta, facilita la construcción del sentido. El relato poético pasa a nuestro relato personal, a cómo nos explicamos el mundo y nuestra vida, con gran facilidad.

4. A la vez, la posibilidad de experimentar y deconstuir el discurso, permite a la poesía hacer justo lo contrario: convertir en extraño el relato, interrumpirlo, sabotearlo, de manera que el proceso de lectura dé lugar al cuestionamiento, para que dicho proceso de lectura sea crítico e invite a defenderse y no a rendirse ante el texto. Tenemos, por tanto, dos funciones antagónicas, pero que pueden coexistir hasta dentro de una misma estrofa.

5. Por tanto, no existe la poesía apolítica más que incrementando la fuerza del punto 3 (es más política cuanto más apolítica diga ser). Toda poética, especialmente la más intimista y privada, no tiene otro objetivo que intervenir en el sentido y sensibilidad de quien lee, sea o no este efecto buscado por el autor.

Lucía Sánchez Saornil
6. La posibilidad que abre la poesía cuando sabotea la interiorización del relato, invitando a un proceso político consciente, da lugar no sólo a una lectura crítica, sino a que el proceso de lectura sea también el de imaginar soluciones y rupturas nuevas. Es decir, quien escribe poesía así, puede encontrar un punto de conexión con quien lee que no sólo es el compartir ideas en el sentido emisor-receptor, donde alguien aporta contenido y otro lo almacena (aunque sea críticamente) de forma bancaria, sino llegar a imaginar y crear en una virtual experiencia autogestionaria, aúnque ni siquiera se encuentren en un mismo lugar o tiempo. Es una comuna virtual de construcción de relato y vida.

7. La lucha política de una poesía que busca colaborar con la emancipación no está dentro de la poesía. El enemigo no es la otra poesía, sino el sistema económico, ideológico y político. Necesito leer y escribir para esa lucha. ¿Qué interés tiene mostrar a un grupo de poetas que su poesía naturaliza la explotación o convierte en objeto a la mujer, si sólo va a transformar su poesía, y no nos carga de argumentos, preguntas, e imaginarios que sean eficaces para la lucha y para cambiar nuestra vida? No me interesa la lucha dentro de la literatura. Por ejemplo: Frente a las últimas elecciones generales del 20-D, ¿cómo intervenimos frente a instituciones que nos hemos tragado con patatas en los cuatro partidos mayoritarios como la OTAN o el FRONTEX? En esa intervención, ¿puede colaborar la poesía? ¿Podemos utilizar esa capacidad de la poesía para romper el cuentito que nos cuentan de que hay que aceptar por memoles un status quo que despreciamos?

Quizás, en lugar de estas líneas, podría estar experimentando sobre cómo dar herramientas a los que luchamos contra instituciones criminales que la gran mayoría detestamos. Herramientas literarias.

8.  Es enormemente valiosa la voz poética que convierte en canción el manifiesto. Una poética que va más allá de la declaración de intenciones, y se convierte en un imperativo deseante, un deseo de tu deseo... de subversión. Enrique Falcón:

Canción del levantado

No adoptes nunca el nombre que te dé la policía
No acerques tu caricia a la piel del invasor
No comas de su trigo, no bebas más su leche
No dejes que tu alberca la vuelvan lodazal

No esperes casi nada de su magistratura
No reces en su lengua, no bailes con sus ropas
No pierdas nunca el agua que duerme a los guardianes
Ni alojes en su boca la sal de tu estupor

No guardes en el sótano más bombas incendiarias
No firmes con tu letra los presagios del poder
No tiendas más cadáveres en la comisaría
No esperes nunca nada de la voz del ataúd

No entregues tu camisa a ninguno de sus bancos
Ni viertas en tu vientre el pozal de una bandera
No lleves a tu amigo a los pies del impostor

No dejes que su lengua fructifique tras tu casa

No permitas a tus hijos,
Louise Michel
nunca dejes a tus hijos
esconderse en su jardín.


E. Falcón. en Porción del enemigo, ed. Calalambur.


La fuerza simbólica de cada elemento, de cada imagen, me parece muy útil para una desobediencia vital, para una no colaboración con este sistema que, al final, deseamos, defendemos y cuyas ropas vestimos para danzar. El símbolo multiplica las posibilidades del manifiesto.

9. Cuando repartía panfletos en la puerta de mi facultad denunciando la falta de becas, la estafa de los cursos de formación del profesorado o más... descubrí, en la papelera más cercana, la lección literaria más decisiva de mi formación, debido a la devolución de todos y cada uno de los panfletos, performativamente convertidos en montaña de bolas de papel: para hablar (o escribir) del mundo, para enhebrar públicamente un relato sobre lo que es y lo que debería ser, escucha primero qué dice la gente. Desprecia las infinitas formas de trepar a la torre de marfil, de hacerte distinguido, aunque sea en tu marginalismo de proscrito. Invierte toda tu energía en intervenir y, para eso, escucha primero. Comparte la vida primero. Olvida el (de)clamar como un rapsoda, utiliza el lenguaje y los asuntos de la plaza, incluida la plaza de parking del centro comercial. Primero, sé anónimo, sé nadie. Y una vez ahí, descubre si realmente tienes algo que decir. No siempre será así.

10. Pero si encuentras una voz concreta, será una voz plagada, a la vez, de anonimato. Lejos del poeta cuyo nombre es la marca que rige a la entrada del jardín interior al que nos invita, tu voz está llena y entrecruzada de la voz de muchos. No eres un elevado promotor de la belleza, sino un operario de concretos relatos útiles, cuya necesidad sabes de sobra. No estorbes a tu trabajo.

Antonio Orihuela *
11. Tienes algo que decir porque has puesto palabras a cosas que nos pasan a muchos. A la vida que, quizás sin saber, compartimos. Tienes palabras para ese callejón sin salida que no hemos nombrado pero no aceptes el problema tradicional de la crítica: "El problema de la crítica ha sido tradicionalmente un problema de la conciencia. Hoy es un problema de cuerpo. ¿Cómo encarnar la crítica? ¿Cómo hacer que el pensamiento crítico tome cuerpo? Si la crítica había combatido tradicionalmente la oscuridad, hoy tiene que combatir la impotencia. El mundo global está enteramente iluminado. Nuestras conciencias están deslumbradas. No hay nada que no veamos: la miseria, las mentiras, la explotación, la tortura, la exclusión, etcétera, se exponen a la plena luz. Y, sin embargo, qué poco podemos. Sobre nosotros. Sobre el mundo. Podemos decirlo todo y sin embargo no tenemos nada relevante que añadir. Encarnar la crítica no es encontrar la palabra justa, ni complacerse en los jardines de la buena conciencia, ni vender a las instituciones la solución más barata. Encarnar la crítica significa plantearse hoy cómo subvertir la propia vida de manera que el mundo ya no pueda ser el mismo"Marina Garcés, Encarnar la crítica.

Si has tomado la palabra en la plaza, si desde ese anonimato des-marcado decides llamar la atención e intervenir en nuestra construción de ese relato en el que enhebramos lo que somos y lo que nos pasa, que no sea para dejarlo como estaba. Recuerda siempre combatir la impotencia.

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 "@Alicia_Hot": poemas en tiempos de follar, pantallas y avatar", no es tan distinto de aquellas pelotas de papel que mis conciudadanos amontonaban en las papeleras tras nuestro reparto en la facultad o a la salida del super. Igual que aquellos, mide su utilidad según el efecto en la vida que pueda tener.

Si yo me creo con la fuerza de levantar la mano, y pedir la palabra para hablar de la pornografía como dispositivo de control del deseo y de los cuerpos, y como metáfora de un mundo que compartimos como espacio donde enfrentarnos, en lugar de donde colaborar por nuestra existencia, no es para dar una lección, ni para invitaros a lo bello. Sólo es para compartir algún hallazgo, y para abrir espacios de diálogo. No desprecio qué pueda significar en la historia de la poesía, pero mi ambición es mucho mayor [sí, mayor, deja las carcadajas y sigue leyendo]. Aspiro a que nos preguntemos qué es eso de considerarnos libres frente a una pantalla, y qué posibilidades de agujerearla hay.

Sí, @Alicia y Pornoyonqui consiguen compartir una historia. ¿Y nosotros?



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NOTA:

* Antonio Orihuela aparece sonriente entre tan insignes revolucionarios, porque pese a no salir en los libros de historia (aunque sí en wikipedia), es una de las grandes referencias a la hora de inspirar todo esto, además de contribuir con sus letras contribuye con su militancia, lleva respondiendo mails con preguntas sobre esto y lo otro a desconocidos como yo desde la prehistoria, y, además, nunca me acepta como amigo en el Facebook.

domingo, 3 de enero de 2016

@Alicia_Hot 2.0

Has entrado en un blog que pretende mostrar los entresijos de "@Alicia_Hot: poemas en tiempos de follar, pantallas y avatar", publicado por la editorial Esdrújula.

Tienes tres tipos de contenidos, agrupados en etiquetas:

- "Condiciones materiales de la creación de @Alicia_Hot", donde se explica el proceso de elaboración de forma semi-biográfica. Creo que es especialmente importante el porqué es un libro de poemas, y la función quizás poco explicitada que puede tener la poesía en un mundo en el que constantemente tenemos que construir nuestro propio relato.

- "Expandiendo a Alicia", donde desarrollamos las referencias teóricas, culturales, políticas, que puedes encontrar. Ahora veo el gran error de no añadir una bibliografía a un libro de poemas como este. Estamos ante un intento de subsanarlo.

- "@Alicia va al mercado", sobre las condiciones de difusión de @Alicia como producto.

En la columna de la derecha encontrarás las etiquetas que se hayan desarrollado en el momento de tu entrada. Están a tu disposición, además, el añadir, cuestionar, sugerir, criticar... Puedes hacerlo en los comentarios de esta misma entrada o en los de las entradas respectivas.

Abrazo.

El filo más afilado de la poesía.

Ya no trabajo en Madrid. Estoy descolgado de cualquier proyecto de escritura a largo plazo. Desde hace años, comparto textos deslabazados en una página de Internet, donde conozco a varias personas muy importantes en el proceso de investigación de las condiciones de la escritura. No les conozco personalmente a ninguno. Con el tiempo, van apareciendo historias detrás de ellos. Unos son perfiles falsos vocacionales, auténticos avatares conscientes de sí mismos. Es el caso de la magnífica Soledad Arcos. Otros padecen el falso anonimato, como nomegustanlosapodos. Otros, superponen identidad off y on-line, siendo indisoluble para mí: Ysobelt Nasky.

Aprendo más leyéndoles a ellos, sus textos, sus ambiciones artísticas, sus fracasos, ... que leyéndome a mi mismo. Yo también he creado un avatar. Bueno, muchos. Creo un avatar para cada línea de investigación. Sin embargo, siempre termino rozándome con los mismos.

Hay uno de estos avatares que desaparece. Es alguien con quien no interacciono más allá de los textos. Es locuaz y provocador. A menudo, escribo sólo para leer su crítica. Recuerdo especialmente sus comentarios sobre si un poema debía entenderse por sí solo o podía apoyarse para ello en un enlace de una noticia (ya por entonces solía utilizar ese recurso en mis escritos semi-automáticos en respuesta a hecho de la actualidad). Pero, como digo, este avatar, Aristidemo, desaparece.

De repente, tiempo después, me asaltan los hechos. Conozco su país de origen, hasta su ciudad, su profesión, su familia, ... Porque otros avatares me cuentan que el personaje offline en el que Aristidemo se apoya, ha decidido no seguir vivo.

Dejo de escribir.

Mi hermana me hace llegar dos libros de Christian Salmon. Un crítico de arte, que analiza cómo surgen determinados fenómenos en el mundo de la moda. También realiza la primera crítica que llega a mis manos del story-telling.

Necesitamos relatos. Creamos un guión que da sentido a nuestro pasado, nuestro presente y nos permite afrontar el futuro. Lo importante no es tanto si es real o no, sino que es imprescindible. La crisis de los metarelatos llamada posmodernidad, no es tal. Simplemente es la imposición de que cada no de nosotros tendremos que, individualmente, construir nuestro propio relato. Ya no te viene hecho, somos una fábrica postfordista, toyotista, just-in-time, de producir relato.

Consumismos relatos de la publicidad, del arte, de las redes sociales, de nuestras interacciones con avatares, con personajes offline... para inspirar el nuestro propio. El story-telling es el arte de proporcionar un relato a los demás para que una institución, empresa, o producto, funcione. La publicidad no concibe ya marcas, como criticaba Naomi Klein en No-Logo, sino relatos. Compramos un relato, que adquirimos a través de un producto. Comienzo mi trabajo en Iniciativas Educativas para la alfabetización visual frente a la publicidad. Vuelco ahí todas mis energías: talleres de teatro y audiovisual, que permitan a las personas en riesgo de exclusión o en procesos educativos en general, crear su relatos de forma autogestionada.

Pero todo va saltando por los aires. El espacio que estábamos abriendo en Granada (y que en su momento me hacía volver cada dos fines de semana desde Madrid), entra en una fase de redefinición, en la que yo no quiero continuar. Iniciativas no consigue consolidarse como espacio profesional. María, mi pareja, consigue un trabajo en Vic.

Vuelve una soledad extraña, parecida a la de Madrid hace siglos. Vuelvo a escribir. No sé cómo, retomo contacto con aquellos avatares, que han tomado rostro. He abrazado a algunos de ellos. Vuelvo a escribir. Vuelvo a consumir pornografía bajo el asalto de su publicidad en las páginas de enlaces de descarga de películas y música pirateadas. Aparece el mundo de las webcammer: @Dulce_bcn

Ahora tengo una respuesta para el Pornoyonqui: es necesario deshacerme del novelismo sucio. Una novela, un cuento bien cuadrado, permitirá colar bajo cuerda mis argumentos, mi trabajo teórico, dentro del caudal del relato de unos personajes que se naturalizan literariamente. Vamos, que puede funcionar, puede invitar a quien lea a entrar en un ambiente perfecto, un sistema construido por mí en el que los personaje evolucionan coherentemente dentro de unas variables construidas por mí, y que el mismo dejarse llevar por la lectura invisibiliza como construcción.

Por eso necesito la poesía. La unión de emoción e idea que permite es brutal, pero quizás no lo más afilado. Sin pretender que tenga esta utilidad, pero llevo ensayando y jugueteando con una forma de hacer poesía que, además de funcionar, permita distancia y que sea visible el engranaje. Estrofas y versos que se rompen, obligando a quien bucea en esa caudal, en ese relato, a preguntarse por el sentido que aporta en cada presa. Esta crítica a la pornografía debe poner en lo común emoción e idea y, a la vez, maldita sea, debe hacer visible el truco. Hay un relato, sí, pero está agujereado y, si quieres dejarte llevar, tendrás que preguntarte porqué y dónde estás.

Aparece el embrión de @Alicia_Hot. Miguel Ángel Ortega Lucas lo llama, con la boca llena de salsa mientras engullimos un shawarma en Calle Elvira, después de que lo cerraran todo, "artefacto".

Deuda con Brecht y el distanciamento. Que funcione, sí, como un mecanismo. Y, a la vez, sepas que es un mecanismo. Un proceso de conciencia que sepas que es un proceso de conciencia.

sábado, 2 de enero de 2016

La poesía contra el relato. ¿Por qué @Alicia_Hot no es una novela de realismo sucio?

Comienza el año 2010. Trabajo en Madrid de teleoperador para una empresa que engaña mayoritariamente inmigrantes y jubiladas para hacerlas socias de varias ONGs. Mi trabajo es volver a fidelizar, es decir, realizar recobros de las persona que se han dado de baja como socias de estas ONGs. Para ello, debo hacerme pasar por trabajador de la ONG respectiva y provocar crisis de conciencia en la persona que ha decidido darse de baja. Es decir, trabajo como cualquier teleoperador de ventas, solo que utilizo consignas como: sin tu ayuda, muchos pasarán hambre. Mi empresa nada tiene que ver con el trabajo de campo de una ONG, sino que externaliza a estos departamentos de socios. En esta época, nos hacemos pasar por Cruz Roja, Asociación Española Contra el Cáncer, Fundación Internacional Josep Carreras, WWF-Adena y Solidaridad Internacional. Mi jefa, la directora del departamento, es una antigua teleoperadora de ventas que conoce nuestra desidia y deseos de mandar a la mierda cada minuto de nuestra existencia en esas cuatro paredes. Es por ello que es brutal.

Vivo solo (aunque comparto piso con otras 10 personas a las que no conozco), no tengo pareja, y utilizo pornografía para gastar una energía mental hiperestimulada en el trabajo y en las clases.

Vuelvo a Granada cada dos fines de semana. El sueldo me da para pagar mis estudios en la Sala Metáforas, el alquiler, comer, metro y el viaje en Alsa. He expropiado a la Casa del Libro "Testo yonki", de Beatriz Preciado (hoy Beatriz Paul Preciado). También resulta expropiado, pero en la FNAC, "Teoría King - Kong" de Virgine Despentes. En ellos, descubro una nueva forma de criticar la pornografía: la de la frustración. La pornografía no produce satisfacción, sino frustración. Es por eso que vuelves a consumir. Nace el primer relato del primer personaje de "@Alicia_Hot". La primera bocanada de aire en los pulmones de Pornoyonqui.

Me gusta cómo diagnostican la pornografía, pero desobedezco su manera de plantearlo sin posibilidad para la desobediencia. Por eso, Pornoyonqui, no es un ignorante. Sabe lo que se hace. Igual que los adictos a la heroína de mi barrio, cuando habían recibido el chute, sabían lo que se hacían y nos lo contaban con una lucidez asombrosa a los niños que jugábamos entre ellos en los descampados del 18013. Justo unos minutos antes de convertirse de nuevo en animales babeantes a la búsqueda de nuestros veinte duros.

El Teatro de la Escucha, en el que estoy formándome por entonces en Madrid, deja muchas cosas en mí. Una de ellas es la de no aceptar la dialéctica negativa que desmonta las estructuras, y también toda forma de resistencia. Beatriz Paul rezuma, también, lo peor de Derrida. Pornoyonqui sabe de la esperanza, pero es impotente. El cuento es perfecto. Todas las justificaciones son perfectas. El desarrollo del personaje es creíble.

Y ese es el problema.

Tengo el comienzo de una novela de realismo sucio. Seduce a los primeros lectores. Les "engancha", dicen textualmente. Tengo un relato que funciona. Eso me hace desconfiar, de repente. ¿Es eso lo que quiero? Igual que como teleoperador-chantagista, paso bajo las defensas de viejas e inmigrantes enmascarando como defensa del bien común el interés corporativo de mi empresa, ¿he creado un relato que "se la cuela a cualquiera"?

No, no es esto lo que busco. @Alicia_Hot tendrá que esperar, aunque por entonces aún no sabía a qué.

Empezamos: La gente no lee poesía.



"La gente no lee poesía". Ese es un punto de inicio. Entonces, ¿por qué escribir poesía, cuando la necesidad es entrar a diálogo con los demás y no hablar una y otra vez de uno mismo?

La gente lee poca poesía porque la poesía es, mayoritariamente, la invitación al mundo interior de la personalidad autora, necesariamente asociada a la marca/nombre. Quien escribe (y publica) poesía, nos invita a su mundo interior, a su personal intimidad. El poemario desarrolla ese jardín interior, cuyo interés radica, en buena manera, en valorar como interesante el nombre, la marca de autoría. Leemos a Luis García Montero, a Federico García Lorca, ... porque ese nombre es sinónimo de una sensibilidad a la que queremos acceder. Queremos perdernos por un momento entre sus delirios amorosos, sus penas, ...

Pero yo nunca he querido hacer eso. El trabajo de jardinero de interiores no me parece ni mal ni bien y, debo decir que, como lector, muy a menudo me ha interesado justo para poder entender la subjetividad de alguien que pone en la puerta de su sensibilidad: "pasen y vean". Sin embargo, a la hora de ejercerlo yo, siempre me pareció ... bueno, me pareció muchas cosas, pero sobre todo aburrido y sin interés. Yo sólo tengo ideas. Tengo ideas, que desarrollo mejor literariamente que a través de ensayo. Y quiero que esas ideas influyan en los demás, igual que las ideas de los demás influyen en mí. Y esas ideas las lanzo, porque versan sobre lo común. Sobre la explotación de nuestras vidas, la esperanza de la lucha, el olvido de lo que nuestra comunidad comparte... Y utilizo la literatura porque es necesario, además de la idea, la emoción que provoca y que la causó. Sin la emoción, la idea está coja y sin asideros.

Entonces, cuando surge una idea que deseas compartir a través de la literatura, ¿por qué usar poesía, cuando sabes que ya estás entrando en un mundo minoritario y asociado a lo privado?

Yo tenía una idea: la pornografía como contenido gratuito en Internet explota también los cuerpos usuarios. ¿Por qué entonces no usar una novela encuadrada en el realismo sucio para desarrollar la crítica a este dispositivo?